(*en este material: enlaces a video completo de exposición Rivas, texto completo de la exposición de Rivas, celulares de Prensa Jorge Rivas, y enlace a exposición completa de panelis)
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Jorge Rivas:
"Participé esta tarde (3/10/2024) de la presentación del libro Politeia del fiscal Federico Delgado en la Biblioteca de la Facultad de Sociales de la UBA, junto a Ana Arias, decana la Facultad de Sociales, el senador nacional (MC) Rubén Giustiniani, e Yvonne Blajean Bent, magíster en Teoría Social y Política (UBA). Presentaron Gustavo Quintana , sociólogo (UBA) y Tomás Delgado, sociólogo (UBA); invitados por Revista Sagitario.
No fue la primera vez que presenté un libro de Federico, pero sí fue la primera vez que lo hice sin contar con su presencia, lo que me genera varias sensaciones que no logro poner en palabras, entre otras, bronca, tristeza, impotencia, y todo aquello que nos generó su prematura muerte.
Recomiendo la lectura de Politeia porque es un libro dirigido al militante de cualquier ideología por un mundo mejor, porque es un texto de acción, que entre otras recomendaciones para el futuro, no se queda en la crítica a las ultraderechas por cómo utilizan las nuevas tecnologías para comunicarse, sino que nos interpela inteligentemente para que aprendamos a usarlas, y ponerlas al servicio de una democracia republicana.
También recomiendo su lectura porque es un llamado a la responsabilidad individual, en la inteligencia de que cambiar la realidad hostil que nos ha tocado depende de cada uno de nosotros y nosotras.
La novedad de la experiencia neoliberal, anarco capitalista o neo nazi que estamos viviendo -y esto va por mi cuenta- es que estableció una lógica sacrificial entre los principios de la libertad y de la igualdad. Es decir que, en vez de considerar que se trata de dos principios en tensión cuyo difícil equilibrio debería expresar la vida democrática de los pueblos, se determinó una dicotomía irreconciliable entre ambos que obligó a sacrificar la igualdad en nombre de la libertad. O dicho de otra manera, el principio de la igualdad pasó a ser considerado una especie de amenaza para el ejercicio de la libertad individual. Esto supuso, al mismo tiempo, una reconsideración de ambas expresiones, puesto que la dimensión colectiva de la libertad perdió todo su sentido hasta quedar reducida a su expresión individual.
Es ostensible cómo algunos referentes mundiales libertarios de peso como Elon Musk y Peter Thiel, dos magnates ligados al desarrollo tecnológico, se han animado a decir sin eufemismos que si la democracia se convierte en un obstáculo para el desarrollo de la libertad, sin dudarlo se debe prescindir de la democracia. Y Miley y Trump son expresiones de esas ideas, y si algo no debemos hacer es subestimarlos, porque este relato empieza a ganar capilaridad social.
Politeia, al igual que todos los libros de Federico, es un texto valiente. Es valiente intelectualmente porque no se agota en la mera caracterización del momento, sino que también sugiere propuestas superadoras. Además de ser valiente físicamente, porque tal como le dije personalmente, después que publicó, República de la Impunidad, había que ser un tipo muy audaz para decir las cosas que decía sobre el Fuero Federal de Poder Judicial y al otro día irse a trabajar a Comodoro Py, como diría mi abuela, de cuerpito gentil, en remerita y en bicicleta.
El ensayo está atravesado desde la primera hasta la última página por la metáfora de la pastilla azul y la pastilla roja, por la aceptación del statu quo o la transformación, de la sumisa resignación o la plebeya rebeldía, de la tensión entre igualdad y libertad.
Además de hacer una fuerte reivindicación de la República, de la democracia, en definitiva, de la política, a la que ve como la única capaz de armonizar o articular esas tensiones, poniéndolo en términos de Chantal Mouffe, cuando nos dice que el objetivo de una política democrática es transformar el antagonismo potencial en agonismo, en el seno del cual los adversarios están de acuerdo en los principios democráticos de igualdad y libertad.
Machacar con estos conceptos en estos momentos en los que nuestro país es gobernado por la ultraderecha, que ve en los límites institucionales para gobernar un estorbo a erradicar, me parece de una importancia superior. Pone la lupa en la artificiosa división que se hace entre lo público y lo privado, dejando en evidencia de manera elocuente cómo dicha formulación permanece en manos de élites políticas y económicas, por lo que el ciudadano de a pie queda marginado del debate público, cuando paradójicamente es el destinatario de dicho debate, haciendo de esta manera, según dice, que los derechos y garantías constitucionales sólo lleguen a una minoría, dejando a las mayorías fuera de sus alcances efectivos. Dejándonos una pista contundente de por qué el Estado de Derecho cuenta con tan bajo prestigio en las sociedades de hoy.
Señala cómo, de la mano de la caída del Muro de Berlín, se precipitó el desmoronamiento de los Estados de Bienestar, dejando atrás el consenso que había predominado en casi todas las naciones de occidente después de la Segunda Guerra Mundial, relajando en el mundo los sistemas democráticos, ya que el fantasma comunista había dejado de ser una amenaza para las élites económicas, imponiendo el Consenso de Washington con Donald Regan y Margaret Tatcher a la cabeza, que a través de la libertad de mercado y la globalización lograron penetrar con corrupción financiera los poros de las repúblicas y ponerlas definitivamente al servicio de las clases dominantes.
Fue desde ese momento que el sistema democrático liberal entró en crisis de representación, crisis que corroe las instituciones republicanas, y el pueblo empieza a dudar de los que Federico llama "los expertos", que vendrían a ser nuestros representantes. Es aquí donde crece la decepción con el ideal democrático, dejando la puerta abierta para probables salidas autoritarias. Dice textualmente que "las tristezas individuales, que componen las tristezas colectivas, constituyen el combustible del que se sirven los proto fascismos". La insatisfacción democrática se expandió en todas partes del mundo, ya que la democracia liberal comenzó a ser percibida por la mayoría de la ciudadanía como impotente para resolverles sus problemas concretos.
El capítulo VI del libro lo titula "El reino de la excepción", y dentro de ese capítulo muestra el rol de diciplinador social que en nuestro país jugó la última dictadura cívico militar, la que a través de del terrorismo, la violencia y el miedo, introdujo el neoliberalismo de la mano de Martínez de Hoz. La reforma del sistema financiero fue vital para producir un cambio de paradigma de acumulación por sustracción, que dejó un tendal de pobreza inédito para Argentina. Y expone una vez más a un Poder Judicial que juzga los delitos militares pero garantiza impunidad a los beneficiarios económicos durante esa dictadura, impunidad que aún hoy se mantiene, poniendo como ejemplo la estatización de la deuda externa privada, esa estafa que carga los hombros de nuestro pueblo pobre, y beneficia a una clase dominante inescrupulosa que nunca rinde cuenta.
Digo, que nunca rinde cuentas, porque es Federico el que dice, con razón, que en la república democrática el deber de rendir cuentas es universal y constitutivo.
Delgado deja claro en este capítulo cómo la dictadura disciplinó a sangre y fuego y cómo, una vez en democracia, la pobreza y el desempleo fueron los factores fundamentales de disciplinamiento social.
Abreva en Antoni Domènech para marcar cómo el consenso democrático post Segunda Guerra Mundial concibe la tensión permanente entre igualdad y libertad, pero no concibe a la fraternidad como componente del ideario democrático.
*Nota al margen: La ley de Entidades Financieras sigue hoy vigente después de más de 40 años de democracia, sigue siendo la misma que introdujo Martínez de Hoz".
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